Ubicación Geográfica de Caral.
El sitio arqueológico de Caral se encuentra en el departamento de Lima, provincia de Barranca, distrito de Supe, en el valle medio del río Supe, en la costa norcentral del Perú, a 350 m sobre el nivel mar. Está ubicado en una terraza aluvial, en la margen izquierda del río. El clima es templado, el río lleva agua sólo en los meses de verano, aunque en la zona hay afloramientos de agua por la poca profundidad de la napa freática.
Caral es considerada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Se encuentra situada en el Valle de Supe, 200 kilómetros al norte de Lima (Perú), tiene aproximadamente 5.000 años de antigüedad y fue la capital de la Civilización Caral.1
Caral-Supe o Norte Chico fue contemporánea de otras civilizaciones como las de China, Egipto, India y Mesopotamia; este sitio tuvo una organización teocrática, estuvo rodeada por otras civilizaciones enmarcadas aún en lo que se denomina "sociedad aldeana".
La Civilización Caral y su Trascendencia en el Contexto Cultural y Mundial
Para comprender el desarrollo e importancia de Caral-Supe es necesario conocer tres conceptos importantes:
LA CIVILIZACIÓN
La Civilización se identifica por: La disponibilidad de un excedente productivo para la movilización de ingente fuerza de trabajo en construcciones públicas y de élite. La organización social compleja, con división del trabajo y distribución desigual del excedente. Un gobierno estatal. La habitabilidad en asentamientos urbanos con mejoras en la calidad de vida para una clase social.
EL ESTADO
Forma de desarrollo de la sociedad caracterizada por el ejercicio del poder de parte de una clase social dominante sobre la población de un determinado territorio, que es organizada jerárquicamente y controlada por la fuerza militar o por la fuerza de la religión; con lo cual se asegura la perduración del sistema.
Una sociedad estatal supone la existencia de: Una economía excedentaria: ya sea por sobretrabajo o por el desarrollo de los medios de producción para incrementar la productividad.
Una división social del trabajo y relaciones sociales de producción que enfatizan lo individual sobre lo social. La apropiación por unos grupos del producto social o excedente, derivada de la división de la sociedad en clases, con sujetos apropiadores y sujetos expropiados. El Estado cuenta con: Un aparato, la burocracia político-religiosa para el control del excedente, la circulación de bienes y servicios, el uso de los recursos y para la ejecución de las diversas funciones y acciones.
Un avanzado conocimiento en ciencias exactas y predictivas como aritmética, geometría, física, medicina, astronomía, etc; y su aplicación en la tecnología agraria, en la construcción de edificios monumentales, en la medición del tiempo, en el manejo apropiado del territorio, en la administración pública, en los trabajos especializados, etc. El cultivo de las artes y su expresión material en la elaboración de objetos diversos de uso suntuario. La existencia de complejas y extensas redes de intercambio. Las expresiones culturales compartidas por la población de un extenso territorio.
LA CIUDAD
Tipo de asentamiento denso, diverso y permanente de individuos socialmente heterogéneos, donde se concentra el poder de los gobernantes, la burocracia y los servidores de éstos; es un centro de poder religioso, político y administrativo. Forma parte de un conjunto jerarquizado de asentamientos que muestra: Cierta extensión territorial derivada de una concentración poblacional manifiesta en los complejos residenciales. Diseño definido que denota planeamiento, zonificación y manejo organizado del espacio para su uso diferenciado, de parte de sus ocupantes, con connotaciones físicas o simbólicas.
Expresiones arquitectónicas diversas en relación con una división compleja del trabajo y la presencia de especialistas en diversas actividades productivas y de intercambio y donde el excedente se distribuye de modo desigual, según la posición de cada uno en el proceso social productivo. Indicadores que reflejen la posición jerarquizada de sus ocupantes por estratos sociales: residencia de autoridad, especialistas, servidores. Desarrollo de la arquitectura pública en concordancia con la presencia de instituciones: templos, palacios, para funciones religiosas, administrativas y políticas. Evidencias de la prestación de servicios para el desarrollo de procesos productivos:calendario, obras públicas, irrigación y manejo de los campos de cultivo, intercambio de bienes con el exterior.
Primeros Estudios en Caral
El primero que llamó la atención sobre Caral fue el estadounidense Paul Kosok, quien visitó el lugar junto con el arqueólogo estadounidense Richard Schaedel en 1949. En su informe, publicado en el libro Life, Land and Water in Ancient Peru, en 1965, mencionó que Chupicigarro (como se le conocía a Caral entonces) debía ser muy antiguo, pero no pudo mostrar cuánto.
En 1975 el arquitecto peruano Carlos Williams hizo un registro de la mayoría de los sitios arqueológicos en el valle de Supe, entre los cuales registró a Chupicigarro, a partir del cual hizo algunas observaciones sobre el desarrollo de la arquitectura en los Andes, que presentó en el artículo A Scheme for the Early Monumental Architecture of the Central Coast of Peru, publicado en 1985 en el libro Early Ceremonial Architecture in the Andes.
El arqueólogo francés Frederic Engel visitó el lugar en 1979, levantando un plano y excavando en el mismo. En su libro De las Begonias al Maíz, publicado en 1987, Engel afirmó que Chupacigarro (como aún se conocía a Caral) pudo haber sido construido antes de la aparición de la cerámica en los Andes (1800 aC), pero sus afirmaciones no fueron aceptadas por los arqueólogos andinos.
La antropologa Ruth shady y arqueologa Paul kosok, fueron uno de los primeros en resaltar la importancia de la zona arqueologica de Caral.
En 1994 Ruth Shady recorrió nuevamente el valle de Supe e identificó 18 sitios con las mismas características arquitectónicas, entre los cuales se encontraban los 4 conocidos como Chupicigarro Grande, Chupicigarro Centro, Chupicigarro Oeste y Chupicigarro. Para diferenciarlos Shady los denominó, Caral, Chupicigarro, Miraya y Lurihuasi. Caral, Miraya y Lurihuasi son los nombres quechua de los poblados más cercanos a los sitios. Chupicigarro es el nombre español de un ave del lugar.
Shady excavó en Caral a partir de 1996 y presentó sus datos por primera vez en 1997, en el libro La Ciudad Sagrada de Caral-Supe en los albores de la civilización en el Perú. En ese libro sustentó abiertamente la antigüedad precerámica de Caral, afirmación que consolidó de manera irrefutable en los años siguientes, a través de excavaciones intensivas en el lugar.
El Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe está a cargo de los trabajos in situ. La arqueóloga Ruth Shady, viaja a esta ciudad en forma permanente para continuar el trabajo de las excavaciones y descubrimientos en esta parte de un país arqueológicamente rico y de diversas culturas milenarias.
ECONOMÍA DE LA CULTURA CARAL.
Una economía agrícola-pesquera, articulada por el intercambio, sustentó el desarrollo de la Civilización Caral. Los pobladores del litoral pescaron y recolectaron diversas especies marinas, principalmente anchoveta, choros y machas; los agricultores del valle produjeron algodón, mates y especies alimenticias como achira, frijol, camote, zapallo, calabaza, papa, maní, palta, ají, pacae, guayaba, maíz, etc.
Ecosistemas y producción:
La población de Caral realizó distintas actividades en los ecosistemas que formaban parte de su medio circundante, para aprovechar los recursos.
En el litoral, la actividad se concentró en la pesca y recolección, en el valle, la agricultura fue la actividad preponderante, en los humedales fue la recolección, pesca y cultivo; en las lomas y monte ribereño, la caza y recolección; y en la terraza aluvial desértica, la construcción con piedra, arcilla, madera y caña.
El rol de la ideología.
Los funcionarios encargados de cada edificio, identificados con determinada deidad, convocaban a la población para la realización de múltiples actividades, de acuerdo con un calendario de celebraciones.
A estas reuniones masivas, de las poblaciones sujetas a los gobernantes, habrían concurrido también grupos de peregrinos y comerciantes, procedentes de diferentes lugares del área norcentral y del resto del país.
Importancia de la especialización.
La población de Caral realizó distintas actividades en los ecosistemas que formaban parte de su medio circundante, para aprovechar los recursos.
En el litoral, la actividad se concentró en la pesca y recolección, en el valle, la agricultura fue la actividad preponderante, en los humedales fue la recolección, pesca y cultivo; en las lomas y monte ribereño, la caza y recolección; y en la terraza aluvial desértica, la construcción con piedra, arcilla, madera y caña.
Actividades complementarias.
Los materiales recuperados de Caral y los otros asentamientos del valle también evidencian la práctica de otras actividades menores, como la recolección y la caza, practicadas para complementar su dieta alimenticia.
Inversión de los excedentes productivos.
La sistematización de los procesos y las especializaciones generaron excedentes en la producción y permitieron la acumulación de riquezas. El excedente fue invertido en proyectos de beneficio público y en el mantenimiento de las autoridades, funcionarios y los familiares de estos.
AGRICULTURA DE LA CULTURA CARAL.
La Agricultura y la Pesca, Tecnología y Productos Agrícolas y del Litoral.
Hace 5000 años los habitantes del valle de Supe lograron un aprovechamiento intensivo de las especies marinas (pescados y moluscos), mediante el desarrollo de una avanzada tecnología de pesca con redes de algodón, cordeles, anzuelos y embarcaciones.
Esta innovación tecnológica fue posible debido a la alta productividad de los agricultores de algodón del interior del valle. Asimismo, la capacidad económica de los pescadores, como los de Áspero, contribuyó al sostenimiento de la población agricultora del valle.
Instrumentos de Pesca de Caral.
La economía complementaria, pesquero-agraria, articulada por el comercio que se extendió no sólo a nivel local sino interregional, sustentó al sistema social, promovió la especialización laboral, el intercambio interregional, la acumulación de riqueza y la producción de conocimientos. Fomentó el desarrollo de la ciencia y su aplicación para mejorar las condiciones de vida.
EL COMERCIO DE LA CULTURA CARAL.
El Comercio y el Manejo Transversal del Territorio y sus Recursos.
El manejo transversal del territorio y sus recursos potenció la economía de los pobladores del valle de Supe. Favorecidos por la ubicación central de la cuenca de Supe y su corta extensión entre el litoral y el altiplano (espacio articulador), los pobladores se desplazaron hacia otras regiones y valles del área. El comercio local e interregional permitió el flujo de recursos agrícolas y marinos, así como el intercambio de otros bienes, conocimientos y elementos culturales.
El cambio de anchovetas secas y moluscos (choros y machas) por algodón y otros productos agrícolas, industriales o alimenticios (mate, algodón, frijol, achira, zapallo, camote, etc.), inició la cadena del comercio, que se extendió a las otras regiones.
Algunos productos fueron intercambiados a grandes distancias, como el Spondylus de las playas del Ecuador. A Caral llegaron lloque, cactus, perico cordillerano y cóndor de los andes, así como congompe, achiote, tútumo y huarumo de la selva.
Este sistema económico también se evidencia en el Áspero, donde se han recuperado numerosos artículos elaborados con materiales exóticos, provenientes de la sierra (palos cavadores de lloque), de la selva (congompe) y de la costa ecuatorial (cuentas de “mullu” o Spondylus).
La agricultura fue una innovación tecnológica que aprovechó el potencial combinado de la tierra, el agua y el medio ambiente para producir vegetales que pueden almacenarse; proporciona ventajas sobre la caza y recolecta de plantas nativas.
Su práctica intensiva, en el valle de Supe, benefició a los pobladores porque les permitió obtener fibras de algodón en gran escala y otros productos en cantidades mayores a las necesidades de su consumo, que fueron destinadas al comercio.
Las investigaciones arqueológicas en los asentamientos de la “zona capital” y Áspero indican que los habitantes del litoral y del valle sostuvieron un intercambio permanente de productos.
Prueba este comercio local el consumo de ingentes cantidades de pescados y moluscos en los asentamientos del valle como Caral, Chupacigarro, Miraya y Lurihuasi, así como el uso de algodón y mates, además de zapallo, achira, mate, guayaba y pacae, entre otros, en el asentamiento del litoral.
Instrumentos Utilizados para la Agricultura Caral.
Con el algodón se hicieron cordeles, redes de pescar, ropa, y con los mates, flotadores. Estos materiales mejoraron la tecnología pesquera y optimizaron su producción
ORGANIZACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA DE CARAL
Organización Social y Política de la Cultura. El prestigio del sistema social de las poblaciones de Caral y su área de influencia lo convirtió en modelo y trascendió más allá de su espacio y tiempo; marcó al proceso cultural en el mundo andino hasta el imperio Inca, último Estado prehispánico, formado 4400 años después.
La organización social y política de Caral se caracterizó por:
- La división del trabajo, una mayoría dedicada a la producción de alimentos y los especialistas encargados de la conducción política y religiosa de la población, así como de la producción de conocimientos y su aplicación.
- Una distribución desigual de la productividad económica, en relación con el ordenamiento jerarquizado de los estratos sociales.
- La organización centralizada de la población, distribuida en asentamientos urbanos, conducidos por autoridades políticas.
Ayllus
Grupos de familias emparentadas, que trabajaban una misma porción de tierras en el valle y pertenecían a un determinado asentamiento o pachaca.
Tuvieron sus autoridades de linaje y su edificio público propio, sede de actividades multifuncionales, políticas, religiosas, económicas y administrativas. Trabajaban para su propio sustento, ya sea en la agricultura o en la pesca, y daban a los “principales” parte de los bienes que producían. Además, de prestar servicios en las tierras asignadas a los dioses, participaron en las construcciones para la renovación de los templos.
Curacas y principales
Cada asentamiento o pachaca estaba representado por una autoridad o curaca, además de los “principales” de sus ayllus.
Estas autoridades retornaban servicios a los principales e integrantes de sus ayllus prediciendo y asegurándoles determinadas condiciones naturales y sociales. Fueron los conductores de las actividades agrarias, económicas, religiosas y constructivas.
Pachacas
Los pobladores del valle de Supe estuvieron organizados en centros urbanos de diverso tamaño y complejidad, mantenidos por una economía autosuficiente, y conducidos en lo político y administrativo por sus propias autoridades, los curacas. Tenían sus dioses y prácticas religiosas, en los que sustentaban su identidad. Estaban integrados por vínculos económicos (la tierra y el agua), religiosos y culturales (dioses y ancestros) reforzados en ceremonias públicas colectivas, de periódica realización.
Sayas
Los asentamientos del valle de Supe estuvieron distribuidos en cada margen del río, en número similar, según el patrón dual de la cosmovisión de la sociedad de Supe. Cada saya (mitad) estaba integrada por un número de pachacas (asentamientos), tanto en la margen izquierda como en la derecha.
Icho huari y Allauca huari
Cada parcialidad o saya estuvo bajo la autoridad del icho Huari y del Allauca Huari, la primera o la segunda persona, como refieren los cronistas.
Huno
Por encima de las autoridades de ambas parcialidades estaba el curaca del valle, que era el Huno o Uno. Este mandaba sobre las autoridades de las parcialidades, de las pachacas y ayllus, en un sistema jerarquizado; representaba la unificación de la cuenca y la nacionalidad de sus pobladores; conducía el gobierno del Estado y residía en la ciudad capital.
La presencia de edificios públicos con plaza circular hundida en casi todos los asentamientos urbanos estaría relacionada con determinadas funciones públicas, de reconocimiento al Estado.
El poder político del curaca principal mantuvo, sin embargo, descentralizadas las funciones de la pachaca, ya sea en lo político, económico o ideológico: cada una tenía sus propios señores, especialistas, agricultores y servidores. Al curaca principal le bastaba el cumplimiento de la tributación, en bienes y, sobre todo, en prestación de servicios. Su influencia y prestigio se habrían extendido al área norcentral durante este período.
La Importancia de la Especialización
En la sociedad de Caral se dieron las condiciones para que las actividades estuvieran a cargo de grupos especializados; esto potenció el desarrollo de los conocimientos y las técnicas, que junto a la organización del trabajo generó una mayor productividad. Los excedentes fueron invertidos en proyectos de beneficio público y en el mantenimiento de las autoridades, funcionarios y los familiares de estos.
Los estudios sobre las construcciones arquitectónicas y los materiales culturales asociados con ellas, recuperados en Caral, Chupacigarro, Miraya, Lurihuasi y Áspero (Supe), y Vichama (Huaura), permiten identificar a personajes de la sociedad, que desempeñaban diversas funciones como:
1. Curacas, quienes fueron los encargados del manejo político y económico de los asentamientos y de los servicios religiosos,
2. Especialistas en registro codificado de la información de los “quipus",
3. Especialistas en astronomía, elaboraban el calendario de actividades y de festividades y predecían los cambios climáticos.
4. Especialistas en el manejo de los canales de riego, la administración de las aguas y la experimentación para el mejoramiento de la producción agrícola.
5. Especialistas en medicina.
6. Especialistas en el diseño y construcción de obras públicas.
7. Músicos.
8. Comerciantes.
9. Artesanos de textiles de algodón.
10. Artesanos de cestería.
11. Artesanos de adornos personales en piedras semipreciosas y conchas
12. Artesanos de la piedra.
13. Agricultores.
14. Pescadores.
ARQUITECTURA DE LA CULTURA CARAL
Planificación, Diseño y Construcción de Obras Públicas.
En los diversos asentamientos, los especialistas que gobernaron Caral materializaron, a través de la arquitectura monumental, el poder que ejercieron. Ellos contaron con las condiciones para dedicarse a la producción de conocimientos y a su aplicación tecnológica.
Dichos especialistas manejaron la mano de obra de grandes cantidades de personas, para la construcción y remodelación de los edificios piramidales y sus recintos.
Por ello, en la arquitectura de la Civilización Caral, representada por los edificios piramidales, puede observarse una línea de pensamiento y coherencia interna. La definición de las formas arquitectónicas, como por ejemplo los edificios escalonados, reflejan un alto grado de conocimiento; mientras la monumentalidad indica la complejidad organizativa alcanzada por esta sociedad.
En el diseño y construcción de las ciudades se plasmaron los cánones sociales y culturales, en concordancia con la concepción del mundo. En los edificios se expresa la conjunción de los conocimientos de ciencia, tecnología y arte aplicados en esa época.
La permanente construcción y remodelación de los edificios en la Ciudad Sagrada de Caral, en medio de ceremonias y ritos, en asociación con actividades sociales y económicas, revelan la importancia que le dieron a la articulación de la sociedad con los dioses y los ancestros: estos fueron convertidos en símbolos de identidad cultural y de cohesión social.
Residencias Diferenciadas
Los estudios sobre las viviendas muestran sectores residenciales diferenciados. Unas fueron ubicadas en relación con los edificios públicos o con las mitades del área nuclear de la ciudad; otras, en cambio, estuvieron en el área marginal, que colinda con el valle. Asimismo, aquellas muestran espacios más formalizados y finos acabados; en tanto éstas fueron acomodadas al terreno irregular, con menores dimensiones y manufactura más sencilla.
Una vértebra de ballena fueencontrada en el interior de La Galería, en el edificio de este nombre, probablemente para uso de la persona a cargo de los actos que allí se realizaban.
La Importancia De La Especialización
En los varios edificios de la Ciudad Sagrada de Caral y Miraya se ha encontrado, en contextos ceremoniales, más de un centenar y medio de figuras modeladas con representaciones humanas, manufacturadas en arcilla no cocida, de 4,7 a 10,5 centímetros de altura.
Estas figuras modeladas, mayormente rotas y con ausencia de algunas piezas, como brazos, piernas o cabeza, formaron parte de rituales relacionados con la renovación de los edificios y la propiciación de fertilidad. Habrían sustituido a los humanos en los sacrificios rituales.
A través de su análisis se viene obteniendo información sobre la vestimenta, tocados y peinados de los personajes representados; se pueden apreciar los estilos diferentes en el atuendo personal, de acuerdo a las distinciones de género, edad y posición social, que revelan la compleja estructura social que caracterizó a la Civilización Caral.
LA SOCIEDAD DE CARAL
Producción de Conocimiento la Ciencia y Su Aplicación. La aplicación práctica de los conocimientos producidos por los especialistas mejoró las condiciones de vida de la sociedad de Caral. Desarrollaron una serie de tecnologías sustentadas en la investigación científica.
Utilizaron conocimientos de aritmética y geometría en el diseño y ejecución arquitectónica, los estudios astronómicos en la medición del tiempo y la predicción del clima; y un sistema codificado en el registro de la información.
Sistema de Registro.
En el Edificio Piramidal La Galería se recuperó una compleja ofrenda enrejada, que tenía entre sus componentes un quipu de antigüedad milenaria. Su uso en tiempos de Caral testimonia un registro codificado que antecede a los del Imperio Inca.
A este hallazgo singular se suman seis representaciones pictóricas de otros ejemplares de quipus realizados sobre tres bloques líticos que formaron parte de dos plataformas de la esquina noreste del Edificio Piramidal Menor de Caral. Estos habrían sido dibujados por personas vinculadas, por parentesco o servicio, a los funcionarios encargados de este edificio menor, quienes conocían los instrumentos de registro, ya sea por manipulación o porque los vieron usándolos a los funcionarios del monumento.
Astronomía
Uno de los campos de investigación estuvo vinculado con la astronomía, aplicada a la elaboración de los calendarios anual y de mediano y largo plazo, relacionados con la celebración de festividades y otras actividades económicas, religiosas y cívicas.
Este conocimiento fue aplicado, también, a la orientación de los edificios públicos. Al lado de los geoglifos y líneas, distribuidos en las llanuras desérticas, enmarcadas por cerros, se han hallado piedras talladas dispersas; un recinto subterráneo que estuvo techado, a modo de un laboratorio espacial, y un sendero o camino de 12 metros de ancho.
El Geoglifo de Chupacigarro
Ubicado en el vecino asentamiento de Chupacigarro, a 1 kilómetro de la Ciudad Sagrada de Caral; está trazado con piedras angulares. Representa la conocida cabeza de perfil de estilo Sechín (valle de Casma); la cara se orienta hacia el Este y muestra el ojo cerrado, la boca abierta y el cabello batido por el aire o la sangre que fluía de la cabeza.
Su ubicación en un lugar destacado, en medio de la pampa, entre dos alineamientos de piedras, sugiere un tratamiento social especial, en directa vinculación con observaciones astronómicas y actos religiosos.
Medicina
El conocimiento médico está evidenciado en la presencia recurrente de plantas conocidas por sus propiedades curativas; muchas de ellas fueron enterradas en contextos de ofrendas.
Son numerosos los paquetes doblados de tallos y hojas de sauce (Salix humboldtiana), dejados en diversos contextos, y dentro de hoyos. Los habitantes de la zona los usan para atenuar los dolores de cabeza. Es interesante recordar que el principio activo de la Aspirina es el ácido acetilsalicílico, cuya versión natural se extrae del sauce.
Alimentación Balanceada
Consumieron vegetales combinados con productos marinos, peces, moluscos y crustáceos. Entre los peces seleccionaron a las anchovetas y sardinas, especies conocidas por su alto contenido proteico, así como por su fácil deshidratación para fines comerciales. El intercambio interregional favoreció la diversidad de productos complementarios.
La Anchoveta
En épocas prehispánicas, la anchoveta (Engraulis ringens) tuvo una presencia muy importante en la alimentación. Se han recuperado evidencias de su consumo en varios asentamientos desde el período Precerámico Medio (7000 a 3000 a.C.).
Entre todas las especies marinas consumidas, la anchoveta tuvo un lugar preferencial debido a su abundancia, a sus condiciones físicas que facilitan su deshidratación y conservación, y a su alto valor nutritivo.
Mediante técnicas de secado y salado se logró conservar y almacenar el pescado por largo tiempo.
Esta abundante especie marina sustentó el intenso intercambio entre pescadores y agricultores y fomentó una compleja esfera de interacción, que integró a poblaciones de costa, sierra y selva.
AGRICULTURA CARAL.
Tecnologías Agrícolas, Producción y Manejo Genético de Algodón
Se produjeron conocimientos en ingeniería agraria, que se aplicaron a la construcción de canales de riego, la habilitación de reservorios de agua, el acondicionamiento de terrazas para el cultivo, la manufactura de instrumentos de labranza y la probable fertilización de los suelos con guano de las aves marinas y con desechos de cabezas de anchovetas, entre otros
Manejo genético y el incremento de la producción
Con la civilización se formó un nuevo grupo social que tenía por objetivo mejorar las especies y el rendimiento de los cultivos con fines alimentarios e industriales, como el algodón de varios colores.
La experimentación genética permitió la producción de plantas con frutos de mejor calidad y tamaño y con mayor resistencia a las plagas. Con este manejo se obtuvo una mayor producción, tanto en alimentos cuanto en productos para el intercambio con el litoral y otros pisos ecológicos. Uno de los productos importantes para el intercambio fue el algodón, muy apreciado por su fibra. Este debió pasar por un proceso de mejoramiento genético para obtener fibra más larga, variedad de colores y mayor rendimiento. Así lo testimonia el registro arqueológico de Caral.
Combustible vegetal
En el asentamiento de Miraya se recuperó una bolsa de junco o shicra, que contenía cuatro envoltorios tejidos de dimensiones menores y forma alargada. Cada uno de ellos tenía en su interior un paquete de fibras de color pardo, que pertenecen a la cactácea
Espostoa melanostele. En Ancash, esta fibra es llamada “pumpush” o “puña” y en Huánuco la denominan “cahuay”. Informantes de Conchucos la describen como una planta de puna, usada para mantener encendido el fuego. Fue empleada por los pobladores de Supe y es testimonio del intercambio interregional.
Tecnologías Constructivas Sismo resientes y Mecánica de Fluidos
Tecnologías constructivas sismorresistentes.
Para construir edificios piramidales monumentales y garantizar su estabilidad aplicaron conocimientos de ingeniería, tanto estructural cuanto de resistencia de materiales. Destaca la forma geométrica aplicada al trazado y construcción de las plazas circulares de Caral.
En su aplicación combinaron los conocimientos de matemáticas, geometría, astronomía e ingeniería con el arte y las creencias religiosas. Para ello usaron instrumentos de piedra y madera, sogas y bolsas de fibras fibras vegetales llenas de piedras. Con pigmentos minerales prepararon las pinturas de los muros.
La Quincha de Caral
Los recintos de quincha de Caral se caracterizan por el uso de postes de huarango (15 a 30 cm de diámetro) como soportes principales. En base a ellos se tejió un armazón al que se atravesaron, de manera horizontal, cañas y carrizos en pares y en menor grado otros tallos menores.
Mecánica de fluídos
En la Ciudad Sagrada de Caral se han encontrado cinco altares con fogones, especialmente diseñados. Todos presentan conductos de ventilación subterráneos, que tenían la función de mantener el fuego encendido por un tiempo prolongado, mediante el aprovechamiento de la fuerza de los vientos.
BIENES MANUFACTURADOS PARA LA VIDA COTIDIANA
En cada uno de los siete asentamientos que vienen siendo excavados se han recuperado instrumentos que fueron usados en las actividades cotidianas preparación y consumo de alimentos. Al igual que en las sociedades tardías, la organización de grandes festines y banquetes por parte de la clase gobernante habría permitido afianzar los lazos de cohesión de la población.
El registro arqueológico demuestra que los caralinos usaron mates como contenedores, botellas, tazas y platos; también, cucharas de madera tallada, platos, tazones y morteros de piedra. Para contener algunas sustancias también usaron valvas de moluscos.
Textilería de la Cultura Caral
Producción e Innovación Tecnología de Textiles
Una de las actividades más importantes que caracterizó a la sociedad de Caral fue la producción y el almacenamiento de algodón en gran escala. Esto se evidencia en el hallazgo de abundantes semillas y motas de algodón (Gossypium barbadense) en sus diversos asentamientos. Destacan los grandes atados compactos de algodón de colores, pardo, marrón, crema y beige, procedentes de Miraya y la Ciudad Sagrada de Caral.
Con la introducción del algodón se optimizó la industria textil de los inicios de la civilización. La incorporación de este producto agrícola añadió nuevas posibilidades y variantes al proceso del tejido: con la docilidad del algodón y de el hilado se obtuvieron fibras más finas, y, al mismo tiempo, de acuerdo al grado de torsión y retorsión, mayor resistencia.
Sin embargo, no se dejó de lado el uso de otras fibras vegetales (totora, junco, cabuya, enredadera, corteza de madera, etc.) que antecedieron al uso de algodón en la producción textil. Más bien, con la mezcla de los materiales se añadieron nuevas posibilidades al tejido, como en el caso del quipu, recuperado en el Edificio Piramidal La Galería de la Ciudad Sagrada de Caral.
Uso y valor simbólico de los textiles
En la sociedad Caral se ha registrado el uso de textiles con diferentes fines:
- Doméstico, para vestidos, calzado, etc.
- Intercambio, con fibras, cordeles, etc.
- Como marcador de status social, mediante elaboradas prendas y tocados con diseños estructurales.
- Ritual, con objetos como los “ojos de dios” y telas para incinerar.
- Registro de información: quipus.
- Material de construcción: para aplicar capas de pinturas en los enlucidos.
Taller textil
El registro arqueológico evidencia el uso de telares, agujas de hueso y madera, ruecas de diferentes materiales, punzones y espadas de tejer de hueso, así como ovillos, hilos, cuerdas e hilos retorcidos.
Elaboraron textiles de distintos colores naturales, con variadas técnicas (torzal, anillado, llano, etc.) y diseños estructurales.
Cestería, fibras vegetales y shicras
La cestería fue una de las actividades artesanales de importancia en la sociedad Caral. Consistió en la manufactura de cestas, sogas, esteras y, principalmente, bolsas o shicras con fibras vegetales como totora (Schoenoplectus sp. y Typha sp.), junco (Cyperus laevigatus), caña brava (Gynerium sagittatum), carricillo (Phragmites australis), cabuya (Furcraea sp.) y cortadera (Cortaderia sp.). Este último material fue obtenido en las regiones altoandinas (2500-3000 m s. n. m.).
Manufactura de Bienes de Prestigio, Cuencas, Collares, Etc.
El sistema económico de la Civilización Caral, sumado al sistema sociopolítico, generó especializaciones que, a su vez, crearon excedentes en la producción y permitieron la acumulación de riquezas. Los excedentes fueron invertidos en proyectos de beneficio público y en el mantenimiento de una élite que asumió funciones administrativas, religiosas, políticas y tecnológicas.
La élite se diferenció por los adornos personales (collares de cuentas de concha de moluscos) y los bienes de prestigio (tejidos de algodón, utensilios, entre otros), de uso exclusivo
Talleres.
Mediante la división y sistematización del trabajo en la sociedad de Caral contaron con especialistas encargados de la producción de bienes de prestigio. Ellos se instalaron en diversos talleres donde elaboraron collares, cuentas, dijes y otros objetos para el arreglo personal de vivos y muertos.
En la manufactura usaron diversos instrumentos, como percutores, alisadores y perforadores de piedra y hueso.
La materia prima utilizada para los adornos personales era traída de diferentes lugares: huesos de animales marinos y conchas del litoral, piedras semipreciosas y otros minerales de la sierra, caracoles y madera de la selva andina y mullu del Ecuador.
Cosmovisión e ideología de la Cultura Caral
El Rol de la Religión en el Sistema Social de Caral
Todas las actividades emprendidas por los habitantes de Caral estaban, de una u otra forma, asociadas con ceremonias y ritos.
Se reunían periódicamente en las plazas y los salones ceremoniales con fogones de los edificios públicos y viviendas, quemaban ofrendas, colocaban objetos en las hornacinas y enterraban cabellos, fragmentos de cuarzo y otros valores apreciados por ellos.
Modo de entender el mundo
La sociedad de Caral tuvo una cosmovisión del mundo en armonía con la preservación del medio geográfico y sus recursos, así como, también, con el orden observado en el espacio sideral. Teniendo en cuenta esas dimensiones, el ser humano ubicó su verdadera condición, de ser parte de la naturaleza y del universo.
Ideología
Todas las acciones de la vida social, en la política, religión, economía, ciencia, etc., estaban relacionadas entre sí. Los líderes religiosos eran, a la vez, líderes políticos especializados en astronomía o medicina, entre otros campos.
Los señores eran los mediadores entre el grupo social que representaban, y el poder sobrenatural de los ancestros y dioses. La religión era el instrumento de gran efectividad para la cohesión pero también la coerción de la población; aseguraba el poder político, la jerarquía y el orden social. La sociedad participaba en las ceremonias calendarizadas por las autoridades y trabajaba para servir a sus dioses y a las autoridades, que los representaban ante ellos.
Mitos, ceremonias, ritos y ofrendas Parafernalia religiosa.
Los encargados de las ceremonias utilizaron materiales y objetos a los que dieron significados simbólicos, según el tipo de celebración. Usaron cuarzos, flautas, figuras modeladas, moluscos, anchovetas y textiles quemados, artefactos de piedra, hueso, madera, junto con mechones de cabello humano.
También han sido encontrados objetos en forma de inhaladores, elaborados con huesos de camélidos, y contenedores de conchas de caracol de selva (Megalobulimus spp.). Asimismo, se han hallado ofrendas compuestas por numerosos caracoles de loma (Scutalus proteus), que viven en parajes desérticos, en asociación con el cactus San Pedro (Trichocereus pachanoi), conocido por sus propiedades alucinógenas y por ser consumido tradicionalmente durante los rituales religiosos.
Ofrendas.
Gran parte del material arqueológico recuperado ha sido encontrado en contextos de ofrendas. Es recurrente el hallazgo de conglomerados de vegetales, fragmentos de cuarzo, choros y alimentos, acomodados, enterrados y muchas veces quemados.
Ofrendas Enrejadas
Se trata de complejas ofrendas, consistentes en ejes florales de cabuya amarrados entre sí a modo de una litera. Están asociadas con numerosos y diversos componentes: minerales, como cuarzos, vegetales, plumas, fibras, algodón, así como diversos objetos manufacturados. Ellas revelan un profundo contenido simbólico.
Arte y Música de la Cultura Caral.
Importancia del Arte y La Música de la Cultura Caral. Se han recuperado tres conjuntos musicales, conformados por instrumentos de viento, que ratifican la práctica musical colectiva y la organización compleja en la sociedad de Caral. Ellos estuvieron asociados con caracoles, como instrumentos de percusión.
Las actividades religiosas y sociales incluyeron ejecuciones musicales, a cargo de grupos especializados en esta elaborada expresión artística.
El arte musical tuvo un rol importante en las actividades de la población; esta tradición ha continuado como parte de la herencia cultural de las sociedades andinas de todos los tiempos.
La música ha sido, desde los albores de la civilización andina, parte fundamental del ceremonial y la religiosidad. Prueba de ello es el hallazgo de 32 flautas depositadas como ofrendas bajo el piso de la plaza circular en la Pirámide del Anfiteatro. Fueron colocadas sobre una piedra cortada acompañadas por un canto rodado a un lado y al otro por una figurina de barro crudo sin rostro que se deshacía al tacto, todo cubierto por más piedras cortadas. Se les ha clasificado como "flautas traversas", pues son tubos delgados con un orificio central de forma ovalada que sirve de embocadura.
Sólo en dos casos dicha abertura es rectangular. En el fondo de la embocadura un triángulo hecho de arcilla cruda sirve de tabique regulador que distribuye el aire entrante hacia ambos extremos. Fueron elaboradas usando huesos de ala de pelícano. Las flautas están decoradas con representaciones de monos, aves, serpientes y figuras humanas. Algunas no presentan ningún tipo de decoración.
En otro sector de la misma Pirámide del Anfiteatro fue hallado otro conjunto de 38 instrumentos de vientos, posiblemente cornetas hechas con hueso de camélido o venado. Estas no tienen embocadura sobre el tubo y su superficie está decorada con canales horizontales.
Fuente: Ministro de Cultura del Perú – Zona Arqueológica de Caral.